domingo, 27 de noviembre de 2011

VAN GOGH, VINCENT


La evolución estilística del pintor holandés Vincent van Gogh, que vendió en vida un solo cuadro y es hoy considerado uno de los maestros indiscutibles del arte moderno, reflejó con desgarrada sinceridad las contradicciones y tormentos espirituales que marcaron su existencia.
Van Gogh nació en Zundert, Países Bajos, el 30 de marzo de 1853. Hijo de un pastor protestante, mostró desde su infancia un talento precoz para el dibujo. Entre 1873 y 1876 fue empleado de la galería de arte Goupil en La Haya, Londres y París, pero su anhelo de paz espiritual lo impulsó a buscar nuevos caminos y en 1879, tras desempeñar diversos trabajos ocasionales y recibir una breve formación teológica, se estableció como misionero evangélico en la región minera del Borinage, Bélgica, donde llevó una vida de extrema pobreza. Su contacto con la miseria de los trabajadores provocó su primera gran crisis espiritual, acompañada de la pérdida de la fe, y en julio de 1879 fue expulsado de la misión.
El fracaso de su tentativa apostólica constituyó un momento crucial en la vida del artista, que descubrió su vocación y decidió dedicar su pintura a la exaltación y consuelo de los humildes. Durante los años siguientes viajó por diversas ciudades belgas y holandesas perfeccionando su formación y estudiando la obra de los clásicos y las técnicas de la estampa japonesa, al tiempo que realizaba numerosos dibujos y algunas primeras pinturas al óleo -"Los comedores de papas" (o "patatas"), "Campesina espigando"- caracterizadas por sus tonalidades oscuras y predominio de la línea.
Su marcha en 1886 a París para reunirse con su hermano Theo, que le brindó siempre su apoyo económico y moral, permitió a Van Gogh trabar amistad con una serie de excepcionales pintores que estaban entonces forjando la nueva estética postimpresionista, cual Paul Gauguin, Henri de Toulouse-Lautrec y Georges Seurat. La influencia de estos autores y su creciente admiración por la libertad creativa del arte oriental sirvieron de estímulo al pintor holandés para desarrollar un estilo absolutamente personal, espontáneo y de fresco colorido.
La última etapa de la vida de Van Gogh se inició con su traslado en febrero de 1888 a la localidad meridional de Arles y supuso la definitiva maduración de su arte en una serie de obras -"Vista de Arles", "El puente de Langlois", las varias versiones de "Los girasoles"- cuyo ardiente cromatismo y luminosidad fundían la representación de la naturaleza con la expresión subjetiva de los sentimientos. Una violenta disputa en diciembre con Gauguin, llegado dos meses antes, durante la cual Van Gogh intentó herir a su amigo y se amputó parcialmente una oreja, constituyó el primer síntoma de la enfermedad mental que lo atormentaría hasta su muerte. Internado en el hospital de Saint-Rémy-de-Provence, donde sufrió varias crisis y en sus momentos de lucidez intentó dotar a su pintura de mayor serenidad, abandonó el sanatorio en mayo de 1890 y, tras una breve visita a su hermano, se estableció en Auvers-sur-Oise al cuidado del doctor Paul-Ferdinand Gachet. En estos meses postreros su estilo retornó a una compulsiva energía, con formas retorcidas y ondulantes -"La iglesia de Auvers", "Campo de trigo con cuervos"- que reflejaban su creciente desesperación.
Convencido de que nunca recobraría su lucidez, Vincent van Gogh se disparó un tiro en la sien y murió el 27 de enero de 1891, tras dos días de agonía, en Auvers-sur-Oise, cerca de París.

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